Además de escribir este blog que estás leyendo, colaboro en The shaker and the jigger. Soy periodista freelance, y a veces (pocas) escribo sobre lo que me apetece, pero la mayoría toca el tema que toca, sean deportes, cotilleo, nuevas tecnologías o el Festival de Eurovisión, que la vida está muy achuchá y una es una pofessional . Es por eso que siempre me alegra cuando viene al mundo un medio nuevo dedicado a la cocteleria. Si encima colaboran en él varias primeras espadas de la mixología española, mejor aún. Y si a alguien se le ocurre pedirte que aportes tú también tu voz al proyecto se multiplican los motivos de celebración. Para su lanzamiento, mi primera contribución se llama La chica de la barra y es un artículo en el que rajo expongo mis opiniones sobre los clichés y el papel de las mujeres en coctelería.
Mal estaríamos si una nueva publicación de cócteles fuera seca, y menos cuando detrás hay una marca de destilados (en este caso, Bacardí). Así que fuimos convocados a Shoot115, un estudio de fotografía en Barcelona que se suele alquilar para fiestas y que antaño fuera una fábrica de bombonas de oxígeno para hospitales. Allí estaban Ramón Parra, Miguel Pérez (recién llegado de la feria FIBAR con el premio al mejor menú del año), Marc Álvarez, Javier de las Muelas y Jordi Baqués, además de un montón de amigos y conocidos. Bebimos (servidora un St. Germain Cocktail algo desvaído y un Whisky Sour rico, rico), nos fotografiamos agitando cocteleras boston (existe un .gif mío pero por pudor lo mantendremos en la Deep Web) y, sobre todo, nos reímos. La definicion exacta de cocktail party.

«Mira, mamá, sale luz de mi Whisky Sour, ¡es mágico!»