Noticia (de hecho, notición): Please don’t tell se instala en Barcelona

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Jim Meehan y Jeff Bell, del PDT.

«No se lo digas a nadie». El lector de este blog posiblemente sepa ya que el Please don’t tell o PDT es uno de los bares míticos de Nueva York. Señalado a menudo como uno de las mecas del renacimiento de la coctelería, el PDT es el bar que mejores clasificaciones ha recibido históricamente en la lista de los World’s 50 best bars, que llegó a encabezar en 2011. Creó escuela con su concepto de speakeasy moderno, al que se accedía a través de una cabina de teléfonos camuflada en una tienda de hot dogs. ¡Carajo, si incluso creó escuela vendiendo hot dogs en un bar de cócteles! Y su recetario fue uno de los primeros en salirse del sota-caballo-rey de los libros de recetas editados a peso para hacer bulto en estanterías caseras y, en cambio, editó un recetario-manifiesto de cómo querrían ser el resto de los bares cuando se hicieran mayores.

Y ahora ya es público. El PDT viene a Barcelona.

La noticia es ésta: Del 1 al 30 de septiembre Please don’t tell se instalará en el Banker’s bar del Mandarin Oriental de Barcelona, en el que se recreará el ambiente del bar de Nueva York (incluyendo una entrada secreta a través de una cabina de teléfonos). Al frente de la barra estará Jim Meehan, el fundador del bar, junto a Jeff Bell (director general del bar y ganador de la World Class 2013) y a Nick Brown, bartender del local. Y -no podía ser de otro modo- también habrá hot dogs. Está vez estarán a cargo de Carme Ruscalleda, Ángel León y Gastón Acurio, los cocineros que se encargan de los distintos restaurantes del hotel, y de otros dos top como son Albert Adrià y Joan Roca. Los hot dogs se venderán a un precio único y parte de su importe se destinará a fines benéficos. Éste es el quinto pop up de Please don’t tell, después de su paso por París, Melbourne, Hong Kong y Tokio, y para disfrutar de él habrá que hacerlo por estricta reserva. Las reservas podrán hacerse en el mail mobcn-pdtbankers@mohg.com y en el teléfono 610726449.

 

Artículos: De qué hablamos cuando hablamos de bares

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Comparto aquí la última de mis colaboraciones (de momento) con O Estudio creativo. Es un texto sobre qué suponen los bares en el tejido social y urbano. Creo que se nota que me lo pasé bomba escribiéndolo y documentándome… Espero que os interese. Salen en él desde Friedrich Engels hasta el bar de Moe. Sólo faltáis vostros.

Bares: Bloody Mary, en Barcelona

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Foto (c) Bloody Mary

Recibí un mail de la gente del Bloody Mary invitándome a conocer su nueva carta de Bloody Marys personalizables y, de paso, este pequeño local de la calle Ferrer de Blanes, situado en lo que se está convirtiendo en otro de los núcleos de la coctelería en Barcelona (con el Mutis, Casa Gracia, Old Fashioned). Si yo fuera egblogger gilitontis me sentiría tentada de llamara la zona, poniendo cara muy seria,  el Lower Gràcia, pero como ni estoy tan buena ni quiero que me vengáis a romper -merecidamente- las piernas, la llamaremos los aledaños de Els jardinets de Gràcia. El caso es que no había estado aún en el Bloody Mary, y me gustó bastante lo que vi. Porque además de la carta en cuestión, con opciones de alcohol, picante, sales y salsas, y que siempre viene bien para alegrar el más clásico de los cócteles de mediodía, tienen también otros combinados de autor en los que mezclan sabores que me gustan tanto como el mezcal o el Amaro Montenegro. De este último bromean en el local, es al Bloody Mary lo que el St. Germain representa para otros bares: el ketchup que realza el sabor en las copas, el chupito ocasional, y el centro de la creación si se tercia. La carta tiene también una sección de cócteles sin alcohol bastante cuidada («queríamos que fueran cócteles de verdad», me cuentan), y la decoración, a juego con la carta, huye de los lugares comunes del speakeasy y el brilli-brilli, para remarcar una propuesta de coctelería moderna, comercial, y muy agradable, con presentaciones divertidas y precios razonables.

Foto (c) Bloody Mary

Foto (c) Bloody Mary

Bloody Mary C /Ferrer de Blanes, 3. Telf: 934 61 39 85. Cierra los lunes.

Velouria: un cóctel para el Chartreuse day

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Servidora poniendo el Velouria. El garnish no es el que toca.

El año pasado ya os hablamos de la iniciativa del Chartreuse Day, que cada año entorno del 16 de mayo celebra el pasado de la marca, por la coincidencia de la fecha (16.05) con el año en que un mariscal de Enrique IV de Francia habría entregado a los monjes cartujos del monasterio de Voiron. Un buen número de locales participan este año con cócteles hechos ex profeso, y podéis consultar la lista aquí.

En clase nos han convocado a presentar también nuestras propuestas con Chartreuse, así que después de darle algunas vueltas la mía fue un trago de corte clásico, de aperitivo. Normalmente parto de una historia para crear mis cócteles, pero en este caso no fue así. Quería un cóctel de la vieja escuela, que pareciera inventado hace muchos años, y que bajo la apariencia de un guante de seda escondiera una mano de hierro. Pensé mucho -cosa que no siempre hago- en las armonías de sabor. Comencé fijándome en la base herbal que me daba el Chartreuse amarillo y eso me llevó a acordarme de ese vodka tan atípico que es el Zubrowka, – casi el único que me interesa-, que al estar macerado en hierba de bisonte tiene un je ne sais quoi que lo hace especial. En Polonia es tradicional beber el Zubrowka con zumo de manzana, y eso me condujo a su vez al Calvados. Con el Maraschino y el limón añadí una última capa adicional de sabor . El resultado me gusta mucho: comienza suave y acaba seco. Cuanto menos, logré lo que quería: un cóctel con vocación de clásico intemporal, al estilo de bebidas que me fascinan, como el Aviation .

El nombre de «Velouria» es de una canción de los Pixies y se lo debo a mi amiga Mon Carrera, que fue la primera en probarlo, y quien lo bautizó así en homenaje a un épico concierto de este grupo que vimos juntas dos años atrás. Y es un nombre acertado, porque como el grupo de Black Francis evoca otros tiempos pero deja el significado final al criterio del oyente/bebedor. Igual que los Pixies pueden tener una canción sobre bucear y que se interprete como un himno a las masculinidades frágiles, el Velouria es un cóctel suave, o o lo es, perfumado, pero no tanto. Es un lienzo en blanco sobre el que proyectar. ¿Cóctel de aperitivo? ¿Canción de amor? Su nombre sugiere un pasado que quizás nunca existió, subrayado por la promesa de un día mejor de la música del theremin. Qué más da, yo creo que es un cóctel sutil que, sin hacerse muy obvio, marca su presencia. Como la experiencia mística de un monje cartujo, que se acerca a la divinidad sin que medien las palabras. Como una canción de los Pixies con sus mil referencias y significados posibles.

Velouria

30 ml de Calvados

30 ml de Zubrowka

15 ml de Chartreuse amarillo

15 m de Maraschino

Enfriar un vaso Martini y batir en coctelera. Decorar con haba tonka y canela rallados sobre una rodaja de manzana deshidratada.

 

 

Agenda: Drinking school en Casa Bonay

DrinkingSchool_640¿Drinking school? ¿Una escuela para aprender a beber? Sí, ése es el nombre con el que han bautizado la gente del hotel Casa Bonay en Barcelona los eventos que van a organizar en su bar para divulgar el mundo de las bebidas. Comienzan con cócteles, y ayer nos hicieron un pequeño aperitivo de lo que será el primer Drinking school, que tendrá lugar el próximo miércoles 25 de mayo a las 19:30.

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El plan es atractivo: Tres bartenders muy distintos prepararán un menú de cinco cócteles que irán maridados con sendos platos creados para realzar las bebidas. En esta ocasión los profesionales de la barra serán Gintas Arlauskas de Sudestada/Casa Bonay, Juanjo González del Caribbean Club de Barcelona y Gonçalo de Sousa del Buck and Breck de Berlín. Ojito, que el Buck and Breck fue número 16 en la lista de World’s 50 best bars este año. Yo tengo una espina clavada con este bar,  porque no lo pude visitar en mi último viaje a la ciudad, ñéñéñé…

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La cocina irá a cargo del chef Estanislao Carenzo, también de Sudestada, quien ayer nos propuso un vitello tonato que acompañaba a un Negroni domesticado, una versión baja en alcohol del clásico, preparada a base de un vodka de endrinos, Dubonnet y Cynar. Puntos extra para Casa Bonay por incluir en su carta una selección de cócteles bajos en alcohol (además de los totalmente no alcohólicos), algo que los lectores habituales de este blog ya sabrán que es uno de mis caballos de batalla.

Porque la Drinkingschool no se tratará sólo de comer y beber y ponerse hasta las orejas -lo que, dijéramos, será un agradable efecto secundario- sino que al ser un evento de dimensiones reducidas, con sólo catorce plazas en venta, la idea es que los bartenders puedan tener contacto directo con los comensales (¿bebensales?) y explicarles el por qué de cada cóctel, la cristalería, la historia. En tres estilos totalmente distintos, y en un horario a la europea que es totalmente encomiable. Dentro de un par de meses habrá una nueva edición, para la que se están barajando nombres de profesionales de Milán y Londres. Las reservas del menú, que vale 65 euros, pueden hacerse directamente en el 93 545 80 70 o en el mail hola@casabonay.com

 

Eventos: vuelve la Terraza Martini

Albert Adrià_Terrazza MartiniYa es el tercer año que Martini organiza en Barcelona la Terraza Martini en el puerto de la ciudad con ocasión del Gran Premio de España de Fórmula 1 en el Circuito de Montmeló, y la veterana marca de vermut italiana ha apostado este año por gastronomía y música para su evento en Barcelona. En esta edición y gracias a la alianza con el festival Primavera Sound traerá a varios artistas interesantes en concierto (servidora es chinarrista convicta y confesa, y que venga Sr. Chinarro, que acaba de sacar disco, me parece es-tu-pen-do). Debajo os pego la agenda, en la que han incluido un artista sorpresa.

Las tapas que se venderán junto al Martini Tonic –perfect serve que propone la marca- irán a cargo de Albert Adrià, y se servirán 19:00 a 22:30 cada día. Luego la Terraza se llevará a Madrid, Sevilla y Gijón coincidiendo con los respectivos premios de Fórmula 1.

Agenda de conciertos:

VIERNES 13 DE MAYO

12.00h. a 15.00h. DJ XTRARRADIO

15.00h. a 18.00h. DJ SHELBY GREY

18.00h. a 19.30h. DJ XTRARRADIO

20.30h. a 22.00h SR. CHINARRO

22.00h. a 23.00h. DJ XTRARRADIO

SÁBADO 14 DE MAYO

12.00h. a 13.00h. DJ XTRARRADIO

13.00h. a 16.00h. DJ FRA

16.00h. a 20.30h. DJ XTRARRADIO

20.30h. a 22.00h. CHRISTINA ROSENVINGE

22.00h. a 23.00h. DJ XTRARRADIO

DOMINGO 15 DE MAYO

12.00h. a 19.00h. DJ XTRARRADIO

19.00h. a 20.00h. HIDDEN ARTIST

20.00h. a 22.00h. DJ XTRARRADIO

 

Baltimore latte. Un cóctel con café inspirado en The Wire

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En el curso que estoy estudiando en el CETT hemos tenido un módulo dedicado al café. Como parte del examen de ese módulo, tuvimos que crear un cóctel que llevara este ingrediente. Tenía que resaltar el sabor de esta bebida sin enmascararla, y utilizar como mínimo 30 ml de cold brew (más sobre esto luego). También tenía un límite de ingredientes, lo que me obligó a un enfoque minimalista. Tampoco me disgusta, porque va mucho con mi manera de entender la coctelería. Tengo mucha más afinidad natural con el neoclasicismo que se hace en Estados Unidos que el exceso churrigueresco de Londres, aunque también me guste.

La primera fuente de inspiración fue una canción de The Pogues, uno de mis grupos favoritos de adolescencia. Se llama “The body of an American” (“El cuerpo de un estadounidense”) y cuenta la historia del funeral de un boxeador americano de origen irlandés. El funeral comienza como todos los funerales, triste, pero según dice la propia canción “un cuarto de hora después sacábamos el whisky […] y a las cinco de la tarde todo quisqui iba borracho”. La canción juega un papel destacado en la serie The Wire (OJO, SPOILERS) porque suena durante el funeral de un policía en Baltimore. Llama la atención que sus compañeros, de diversos orígenes étnicos, la hayan hecho suya y la canten de memoria mientras beben cerveza y whiskey… quizás porque, tal y como escribió el periodista y novelista Tom Wolfe, “al final todos los policías se vuelven irlandeses”. Me costaba imaginarme a ese montón de polis duros brindando con algo tan relamido y civilizado como un café irlandés y comencé a pensar en qué tipo de cóctel podría gustarles. Durante la escena se brinda porque todos ellos “comparten un lugar oscuro del gran experimento americano” y quise trabajar un cóctel que reflejara exactamente eso: el regusto mitad dulce, mitad amargo, del velatorio multicultural de un policía irlandés de Baltimore.


Para la decoración (que no se ve en la foto, porque es de una prueba que hice en casa), con un bastoncito de canela imité tanto los puros que se fuman los policías como el incienso de las iglesias, y lo decoré todo con un rosario, un par de estampas y unas velas. Me quedó un cóctel amargo pensado como alternativa a un aperitivo tipo Negroni o Americano, como cóctel de sobremesa o, mejor aún, para pegarse una maratón de The Wire.

Desarrollo técnico:

El café irlandés es un cóctel que siempre me ha parecido terriblemente sobrevalorado, apenas un carajillo glorificado sin excesiva complejidad de sabores. Quería preparar algo que recordara visualmente a un café, y que tuviera como Baltimore elementos tanto de la cultura irlandesa como de la tradición autóctona. Y que además enfatizara los aromas del café, tal y como se nos había pedido. La idea de utilizar una cerveza stout nació del hecho que recordé que hay varias que llevan café en su composición; si descarté utilizar alguna de ellas fue porque creo que con el requisito mínimo de utilizar 3 cl de café corría el riesgo de que no se notara sabor a nada más. El Jack Daniels y el sirope de arce sirven para añadir dulzura. El desafío estaba en imitar la textura de la leche sin utilizarla, por lo que aposté por la reacción entre clara de huevo y carbónico –similar a la del Silver Fizz– que recuerda visualmente a la de la crema del café, de ahí el doble nombre del combinado.

Ingredientes y elaboración:

4,5 cl de Jack Daniels

3 cl de café cold brew

2 cl de sirope de arce

1,5 cl de clara de huevo

Top de cerveza stout (en este caso Guinness).

El cold brew se prepara dejando macerar en frío 120 gramos de café por litro de agua durante doce horas. Si no tenéis ganas de preparalo, un espresso bien cargado y recién preparado es vuestra mejor opción.

Agitar el whiskey, el café, la clara y el siropecon hielo en roca. Colarlos con colador de gusanillo sobre hielo en roca o pieza esférica en vaso Old fashioned. Top con cerveza stout. Decoración: ramita canela encendida.

 

 

 

Eventos: Va de vermut

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Aceitunas rellenas de vermut. Yo digo sí.

Lo del boom del vermut no tiene visos de parar, al menos en Barcelona y no voy a ser yo quien le ponga pegas. Que sí, que corremos peligro de burbuja, que igual no habrá para tanto con este pequeño ritual, que si sale una bodega en cada esquina pero ¿sabéis qué os digo? ¡A CALLAR, HATERS!

Yo particularmente me alegro del boom del vermut porque de pequeña mi tío me nombró con el título honorífico de Jefa de aperitivos, a través del que ponía en mis manos el servicio del vermut familiar (manera de tenerme entretenida y semilla de mi inquietud actual por los cócteles). Que hoy comience la feria Va de Vermut dedicada a vermuts y aperitivos no me puede parecer otra cosa que buena noticia.

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Servidora tomando el vermut cuando aún no era mainstream, aprendices de hipster.

Organizado por la gente de Bares auténticos, en Va de Vermut en el Espai Crec de Barcelona, hoy y mañana podéis acercaros a la calle Blesa, 27 a probar un montón de vermuts nacionales, cocina elaborada con latas, cervezas artesanas y -cómo no- cócteles elaborados con vermut, que estarán a cargo del ínclito Manel Tirvió. Habrá masterclasses y otras actividades, así que yo de vosotros no me lo perdería. ¿Nos vemos allí?

Eventos: Simone Caporale en el CETT

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El martes pasado el CETT vivió uno de los momentos álgidos del curso que estoy estudiando (éste), gracias a la visita de Simone Caporale, quien, junto a Alex Kratena estaba hasta hace pocos meses al frente del equipo que hizo ganar al Artesian la distinción de ser el mejor bar del mundo en la lista World’s 50 best bars. Había mucha expectación por verlo, y más cuando ese mismo mediodía había anunciado el nuevo proyecto del tándem (P)OUR, una entidad sin ánimo de lucro en la que se llevarán a cabo actividades de responsabilidad social en el marco de la industria de los destilados y la hostelería y para la que han reclutado a otros grandes nombres del sector. Así que después de la presentación de la presentación de la directora del centro, Nan Ferreres y de Javier de las Muelas, director de desarrollo del curso, Caporale nos deleitó durante casi más de una hora con una conferencia llamada «¿Qué significa ser bartender en 2016?».

Luego del selfie a lo Ellen de Generes que nos hicimos los alumnos con él, volví a ponerme en modo periodista para entrevistarlo en privado y podréis leer dentro de unos días lo que me contó en The Shaker and the Jigger. De momento, en esa misma publicación podéis encontrar ya un buen resumen de las ideas que expuso el italiano acerca de la creatividad, el rol del bartender, y la mecánica de creación de cartas del Artesian. O si lo preferís podéis ver aquí la charla entera. Una ponencia didáctica, de la que era posible sacar lecciones muy concretas (desde que hay que dar cancha a todo el equipo, hasta que los posavasos de pelo sintético no deben lavarse con el resto de la colada del hotel), y en la que estaba de fondo una profunda reflexión sobre el backstage de un sector que a veces no es tan bonito como parece. En ese sentido (¡SPOILERS!) el proyecto (P)OUR se antoja la continuación natural al trabajo emprendido en el Artesian, y se complementará también con otro proyecto en el que KratenaCaporale seguirán también creando nuevas bebidas. Y hasta aquí puedo leer, que si os cuento más tendría que mataros antes de que mi editora me matara a mí…