El martes pasado el CETT vivió uno de los momentos álgidos del curso que estoy estudiando (éste), gracias a la visita de Simone Caporale, quien, junto a Alex Kratena estaba hasta hace pocos meses al frente del equipo que hizo ganar al Artesian la distinción de ser el mejor bar del mundo en la lista World’s 50 best bars. Había mucha expectación por verlo, y más cuando ese mismo mediodía había anunciado el nuevo proyecto del tándem (P)OUR, una entidad sin ánimo de lucro en la que se llevarán a cabo actividades de responsabilidad social en el marco de la industria de los destilados y la hostelería y para la que han reclutado a otros grandes nombres del sector. Así que después de la presentación de la presentación de la directora del centro, Nan Ferreres y de Javier de las Muelas, director de desarrollo del curso, Caporale nos deleitó durante casi más de una hora con una conferencia llamada «¿Qué significa ser bartender en 2016?».
Luego del selfie a lo Ellen de Generes que nos hicimos los alumnos con él, volví a ponerme en modo periodista para entrevistarlo en privado y podréis leer dentro de unos días lo que me contó en The Shaker and the Jigger. De momento, en esa misma publicación podéis encontrar ya un buen resumen de las ideas que expuso el italiano acerca de la creatividad, el rol del bartender, y la mecánica de creación de cartas del Artesian. O si lo preferís podéis ver aquí la charla entera. Una ponencia didáctica, de la que era posible sacar lecciones muy concretas (desde que hay que dar cancha a todo el equipo, hasta que los posavasos de pelo sintético no deben lavarse con el resto de la colada del hotel), y en la que estaba de fondo una profunda reflexión sobre el backstage de un sector que a veces no es tan bonito como parece. En ese sentido (¡SPOILERS!) el proyecto (P)OUR se antoja la continuación natural al trabajo emprendido en el Artesian, y se complementará también con otro proyecto en el que Kratena y Caporale seguirán también creando nuevas bebidas. Y hasta aquí puedo leer, que si os cuento más tendría que mataros antes de que mi editora me matara a mí…