¿Qué demonios es un cóctel artesano? En el espinoso jardín de responderse esta pregunta se ha metido hace poco mi amigo Mauri Jiménez. Os hablé ya de él cuando escribía acerca de la fiesta de presentación de este blog -cómo pasa el tiempo, un año atrás-, y hace muy poco ha renovado la imagen, la web y el enfoque mismo de su empresa, Cocktailsperquèsí, que se dedica a catering, formación y consultoría de cócteles.
Con esta pregunta en la cabeza, los últimos meses sé que ha ido trabajando sobre la idea de las bebidas artesanas, mientras se formulaba muchas preguntas sobre el futuro de la coctelería, la forma de crear una carta de cócteles o de qué buscan los clientes de los bares. Y si afirmo que lo sé no es por telepatía ni por investigación periodística, sino porque he tenido la suerte de ser una de las varias personas con las que estuvo discutiendo todos estos temas, lo que me ha hecho plantearme a mí también el quo vadis del sector. Su visión se ha concretado en un interesante decálogo sobre qué son los cócteles artesanos y en una didáctica carta-infografía que informa al primer golpe de visita del mapa de sabores de toda su oferta.
Todo esto nos lo contó recientemente el propio Mauri en una fiesta en el Bitter Bar de Barcelona (uno de mis lugares favoritos en los que beber, últimamente), durante la que pudimos crear algunas de las creaciones de la carta nueva. Mi favorita, y creo que la de muchos, fue el Mahón Sour que encabeza este texto, pero había muchas más, que ilustraban distintas tendencias actuales (bajos en alcohol, envejecidos en barrica, para compartir…). Si queréis descubrirlas, visitad su bonita y cálida nueva web, o, mejor aún, pedidle que os monte la barra en vuestra próxima fiesta. Disfrutaréis de los cócteles, que es el verdadero «porque sí» de tomarlos.