Premiados FIBAR y homenaje a María Dolores Boadas

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(C) Fibar

Esta noche se han fallado los premios de FIBAR, el congreso sobre coctelería que se está celebrando estos días en Valladolid y que alcanza este año su tercera edición. Los premios se conceden por votación de los profesionales del sector (y afines: en pro de la transparencia, admito que yo era una de los votantes) y sirven para destacar a productos, profesionales y conceptos. Los galardonados de este año han sido:

Mejor Barman Borja Cortina
Mejor Brand AmbassadorJorge Peña
Mejor Coctelería –Creps al Born
Mejor Menú de Cócteles –La Terraza de Óscar
Mejor Nuevo Producto –Danzantes
Mejor Producto del AñoRon Botrán

Unos premios bastante alejados de la órbita de las dos grandes de las bebidas alcohólicas, con algunas victorias más o menos previsibles (la de Cortina) y otras no tan esperadas (Creps al Born es quizás lo más alejado que uno pueda imaginarse de la ganadora del año pasado, el Dry 1862).

Además, la organización aprovechó también la noche para homenajear a María Dolores Boadas, un homenaje que, aunque quizás debiera haber llegado antes, como mínimo llega a tiempo. Me entristece más ver cómo fuera de la coctelería, en el mundo de la gastronomía en general -un mundillo en el que hay congresos cada tres minutos y en el que se pelotea pone en valor cualquier novedad – su figura es prácticamente desconocida y a veces se cae en el paternalismo literal de considerarla tan sólo «hija de», cuando por méritos propios María Dolores Boadas no sólo debería figurar en la historia de los bares españoles sino en la de los todo el mundo. En primer lugar, porque mantener durante tantas décadas un negocio como el Boadas, y mantenerlo tras un comienzo tan exitoso, y en parte durante unos años de cierta oscuridad, es una tarea labor al alcance de poquísimos. Y en segundo -y no es un tema que haya perdido actualidad, como salta a la vista por la foto superior- porque fue una de las  pioneras no sólo en estar detrás de una barra, sino en dirigir un bar. Cuando hoy en día todavía hay muchos empresarios de la hostelería que consideran a sus barmaids un puro florero, cuando hay quien todavía piensa que el camino de atraer mujeres a los bares es hacer cócteles dulzones y con colorines, cuando apenas se ven chicas en los cursos de gestión, María Dolores Boadas fue conocida y respetada en plena dictadura. Así que esperemos que el de FIBAR no sea sino el primero de una serie de homenajes, y que éstos tengan lugar mientras todavía ella pueda verlos. En su legado está nuestro futuro.

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