Sí, sí, de caqui. Los Margaritas son como los de Bilbao, que nacen (de) donde quieren. Aunque la versión más conocida de la historia de este cóctel afirma que el Margarita nació en el hipódromo de Agua Caliente en Tijuana durante la Prohibición, y que el nombre era un homenaje a Rita Cansino (ligeramente más conocida por su alias Rita Hayworth) lo cierto, como pasa con la historia de la inmensa mayoría de los cócteles, es que nadie sabe a ciencia cierta quién lo creó o por qué le puso ese nombre. Sabemos, eso sí, que el Margarita estándar pertenece a una familia de cócteles que se llaman Daisy… que en inglés significa «margarita» y que es pariente nivel cuanto-más-primo-más-te-la-arrimo del Sidecar y algo más lejano del Daiquiri. Aunque también se dice que pertenecen a la familia de los Crustas, que, por cierto, es también el nombre con el que se designa muchas veces la decoración de sal o azúcar que lleva una copa en el borde, como pasa en este caso. No entraremos ahora a debatir los ocho apellidos mexicanos del Margarita, pero sí a constatar lo obvio (que es el cóctel con Tequila más conocido, de lejos) y lo no tan obvio (que merecería mejor suerte de la que tiene, porque con zumos de calidad puede ser delicioso). Encontré caquis saroni, una variedad más firme y perfumada de esta fruta, de oferta en una frutería de mi barrio y como estas Navidades me he dado el capricho de una licuadora, quise probar un combinado que les sacara partido. Por desgracia, no tengo en casa el vaso de margarita específico (aún me estoy haciendo el «ajuar») así que pido perdón por adelantado a la policía de la cristalería. En cuanto a la receta, monté un frankenstein entre varias que encontré por internet y éste fue el resultado. Además, qué narices, hoy es el cumpleaños de mi hermana Margarida, y no se me ocurre una excusa mejor para brindar con un cóctel que lleva su nombre.
Margarita de caqui
30 ml de zumo de caqui (en este caso, obtenidos de licuar un caqui)
30 ml de tequila reposado (importante: sus notas cálidas van bien con el caqui y la canela)
15 ml de zumo de lima
5 ml de almíbar simple
Para el borde: sal, azúcar, canela y una rodaja de lima.
Enfría la copa previamente un rato en la nevera. Corta un radio en la rodaja de lima, y moja el borde de la copa con él. Mezcla en un plato llano sal, azúcar y canela. Apoya la copa verticalmente pero con delicadeza para que se adhiera la sal. Dale la vuelta con decisión. Prepara el cóctel en coctelera con el resto de ingredientes, y cuélalo dos veces al servir, cuidando de no descuajeringar el borde. Decóralo con la rodaja de lima.
delicioso!! me parece una gran idea.
Ya contarás qué tal 😀